viernes, enero 28

Del Watergate al Wikileaks

Del Watergate al Wikileaks
Por: Alfredo J. Zaconeta Torrico
Cuando transcurría el mes de agosto de 1974, Richard Nixon presidente de los EE.UU de Norte América quedo al descubierto cuando una serie de investigaciones sacaron a luz una cadena de actitudes (espionaje) que reñían con las sanas prácticas de hacer política.

Estas actitudes derivaron en la renuncia de Nixon, al cargo de presidente de los EE.UU. Este escándalo se trató del sonado caso Watergate, en el cual se vio envuelto el Estado Mayor del equipo reeleccionista del presidente Nixon. Entre las indelicadezas realizadas por los empleados del presidente y conocidas tanto por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), así como por la Oficina Federal de Investigación (FBI), se encontraban las grabaciones sostenidas realizadas a la sede del Comité Demócrata Nacional en el complejo de oficinas Watergate, con el propósito de conocer las estrategias e iniciativas que el entonces partido de oposición asumiría de cara a las elecciones, que obviamente ganaría de manera arrolladora el presidente Nixon. Meses luego del triunfo republicano y por las declaraciones de actores de primera línea en la trama contra los demócratas, el Gran Jurado Federal de los Estados Unidos consideró que Nixon era cómplice de todo lo que había sucedido, obligándose éste a presentar su irrevocable renuncia.

Ahora, la historia se repite, aunque con diferentes matices y actores. Las revelaciones realizadas por Wikileaks, no hacen otra cosa que no sea develar intrigas, maquinaciones y porque no planes frustrados del sistema diplomático “más poderoso y organizado” del mundo.

La difusión de los documentos diplomáticos -algunos calificados como "Top Secret" y otros como "No para compartirse con otros países"-,  exhibe a una política exterior estadunidense dedicada al espionaje y robo de información personal de líderes extranjeros, así como la caracterización peyorativa o burlona que hace a diferentes líderes del mundo.

De confirmarse pues, la veracidad de los hallazgos de este sitio web, la administración Obama se coloca en las mismas condiciones éticas y de cuestionamientos que matizaron el caso Watergate con relación a la administración Nixon.

Para Bolivia, las publicaciones difundidas por Wikileaks no causaron mayor revuelo, esto en versión de nuestro Presidente Evo Morales, que ya desmintió varios de ellos, en lo que hace particularmente la relación con la Argentina y su presidenta Cristina Fernandez de Kirchner; sin embargo, en mi modesto criterio las revelaciones del portal en cuestión no pasaron tan desapercibidas en las altas esferas de poder, no por nada la Vicepresidencia del Estado Plurinacional habilitó un link (http://wikileaks.vicepresidencia.gob.bo), para poder conocer esta documentación. 

Intencionado o no -en lo que hace a las revelaciones del Wikileaks-, lo cierto es que la presencia visible o invisible de los EE.UU. y su interés en temas de Estado en todo el mundo, es real; tan real como la intención de desestabilizar a los gobiernos de izquierda en Sudamérica.

Sin embargo por todo lo mencionado, tampoco se puede desestimar que esto obedezca a una estrategia de la CIA, trabajado realizado bajo el precepto de Joseph Goebbels (jefe de propaganda de la Alemania Nazi)  que señalaba: " Miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá.

Es periodista

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