MINERIA: NECESARIO Y PRIORITARIO
Por: Alfredo J. Zaconeta Torrico
En su ensayo “Consideraciones militares sobre el gas boliviano”, René Zavaleta,
en 1969 señaló: “Así como aquellos
complejos de inferioridad quieren hacernos suponer que aquí nada es posible
porque somos un país mediterráneo, pobre y de insuficiente mercado interno
–humanamente atrasadísimo además – la verdad es que la desgracia de Bolivia no
está en el ser difícil y mediterráneo sino en tener dirigentes sin grandeza,
gobernantes que no aman a su patria…Lo importante es nacionalizar el poder
político de Bolivia, que está en manos hoy de extranjeros que se oponen a que
nosotros seamos dueños de nuestra propia patria”.
Hoy podemos decir que los juicios
de Zavaleta encontraron eco, luego de más de dos décadas de lucha mineros y
campesinos, sumados al clamor del pueblo boliviano, desterraron el 2003 las
intenciones de aquellos que fueron verdugos de la minería y privatizadores de
los hidrocarburos.
El 2004, dentro de un escenario
hostil lleno de incertidumbre, la nueva bonanza minera encuentra a un sector minero privatizado y
decadente, reservado para la autodenominada “minería mediana” y cooperativas
mineras; además de una minería estatal sin probabilidades de afrontar esta
nueva oportunidad, atada por el código minero de Sánchez de Lozada.
Las medidas que se requerían
debían ser radicales, para devolverle al Estado su rol de operador minero a
través de la COMIBOL, institución reducida a una administradora de contratos gracias
a la Ley 1777. Lo que se requería era un nuevo Código Minero que perfile una
política minera de largo aliento y sea de beneficio real para Bolivia.
No se puede negar que en un
inicio las medidas dispuestas por el gobierno del MAS fueron apropiadas y
oportunas – debido a la escalada de
precios – permitieron recuperar Huanuni, Vinto y Colquiri para
aprovechamiento del Estado; sin embargo, en esta intención de reactivar nuestra
condición de país minero y aprovechar nuestros recursos, aún siguen pendientes
temas que son necesarios como el Mutún y la instalación de fundiciones. Empero,
lo definitivamente urgente es el diseño y ejecución de un serio y verdadero plan
de prospección y exploración minera, a partir de ello definir una política
minera real de largo plazo que permita la preparación de minas para su explotación
y garantizar los concentrados minerales para el funcionamiento de fundiciones y
refinerías, hechos que permitan posteriormente llegar a la tan aspirada industrialización
minera.
El actual contexto internacional
de precios, ha despertado una justificada preocupación en los operadores
mineros de nuestro país; no es para menos, la caída de precios en varios de los
minerales ha ocasionado que estos operadores exijan soluciones al Estado para
afrontar una segura crisis en puerta.
Si bien la nueva Ley Minera (Ley
535) da algunos lineamientos para estas tareas, creemos que la prioridad del
Gobierno debería centrarse en trabajar con los entes del Estado (SERGEOMIN –
COMIBOL) y elaborar un plan agresivo que permita descubrir y explotar nuevos
yacimientos. De nada sirve un plan nacional minero que hable de explotación,
industrialización y comercialización de minerales, o la construcción de nuevos
ingenios y fundiciones; sino pensamos antes, en la prospección geológica minera
y la cuantificación de reservas con cuenta nuestra Bolivia.
A manera de ejemplo: Con todas
las observaciones, la reactivación y puesta en marcha de Karachipampa es una
realidad; sin embargo, actualmente las reservas mineras a ser tratadas
provienen de la mina San Cristóbal, por información oficial se conoce que la
vida útil de éste yacimiento, al actual ritmo de explotación será de 10 años
más; vale decir hasta 2025, posterior a ello ¿qué futuro le espera a
Karachipampa?. Bolivia conoce de dramas
en temas de fundiciones en otros casos como La Palca y Telamayu, es necesario
considerar estas viejas e ingratas experiencias para no volver a repetir
errores.
Nadie discute que: “El desarrollo de la conciencia nacional” es
un logro; una vez superada la fase de la concientización, como dueños de
nuestra patria y nuestro destino, ahora requerimos de acciones colectivas
prioritarias entre autoridades y operadores, para encarar y solucionar
nuestros problemas, proyectando a
mediano y largo plazo soluciones.
Es periodista
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