LITIO: ANALIZANDO A LOS ANALISTAS
Por: Alfredo J. Zaconeta Torrico
Por: Alfredo J. Zaconeta Torrico
A mediados del año 2008, por
decisión de la actual gestión de gobierno y consientes de una oportunidad de
desarrollo, Bolivia apuesta por lograr la industrialización de sus recursos evaporíticos,
a partir de ello, se inicia tareas desde cero con la esperanza de que en un
mediano plazo se pueda ver los primeros resultados.
A partir de entonces, las
críticas por intereses internos y externos no se dejaron esperar, todas bajo la
misma consigna: “Bolivia no podrá
industrializar sus recursos sin ayuda externa”.
Actualmente, este panorama no
ha cambiado; este proyecto continúa siendo víctima de los constantes ataques
mediáticos con versiones de “analistas y especialistas”, que en su afán de crítica
destructiva, claramente se suman a la posición de abrir las puertas a las transnacionales con
sus técnicos y sus reglas para industrializar nuestros recursos evaporíticos.
Las mentiras y calumnias ha
sido el común de los “analistas y especialistas” del litio, cuando entre sus
argumentos señalan: “Que los primeros de gramos de Carbonato de litio
entregados al Presidente Evo fueron comprados de Chile”, “Que la inundación del
Salar de Uyuni de 2011, destruyó todas las construcciones edificadas de la Gerencia
Nacional de Recursos Evaporíticos - GNRE”, “Que Bolivia quedo rezagada porque
el boom del litio ya está pasando”. Así, son innumerables las versiones
desatinadas e injuriosas de los “analistas”.
Estas declaraciones y versiones
antojadizas usadas por “analistas” como Zuleta, Escalera y ahora Espinoza,
casualmente son las mismas que usaron muchos ejecutivos de empresas
transnacionales en oportunidad de su visita a Bolivia, con la intención de
hacerse del Salar de Uyuni y su riqueza, ratificando su política empresarial de
que “Bolivia solo es productor de materias primas y que el valor agregado se lo
debe dar en el extranjero, ya que nuestro país carece de dinero, tecnología y
personal competente”, o “Bolivia no logrará solo este objetivo por sus limitaciones”.
El principal detractor del
Proyecto Estatal (Zuleta), es el mismo que el año 2009, se apersono a la
administración del proyecto estatal de Industrialización de Recursos
Evaporíticos (COMIBOL), solicitando trabajo, el mismo que fue rechazado, debido
a que su perfil académico no era el requerido en un proyecto de carácter
técnico – científico.
Este “analista” es aquel que
posteriormente se empleó como consultor del grupo español y dudosa empresa “ENERGÍA
LITIO” (noviembre 2010), quienes
plantearon realizar un trueque de carbonato de litio como parte del costo de
camiones, autobuses y otros que ellos mismos querían vender al Estado
boliviano, propuesta que fue rechazada por su desproporción. A partir de ello, Zuleta en su frustración,
se convirtió en el mayor crítico recalcitrante del Proyecto Estatal, sumándose
al discurso de sus benefactores. La consulta obvia que sale de todo esto es: ¿si
la GNRE le hubiere dado trabajo, hoy tendría el mismo discurso?.
Posteriormente
en el año 2012, el “analista de lo intangible” aseguró que el boom del litio estaba
presente y Bolivia quedaría fuera del
mapa por el supuesto retraso que tiene en sus investigaciones: “la presencia del
litio boliviano dentro de tres años (vale decir el 2015) en el mercado mundial
será irrelevante, al paso que vamos, todo parece indicar que estamos a punto de
perder el tren del litio”, segundo pronóstico errado.
Esta afirmación trae a colación el
primer vaticinio equivocado del “analista”, hecha en enero de 1993,: “…la recesión económica en Estados Unidos,
retraso para mediados de esta década (1995) el lanzamiento de al mercado de
automóviles eléctricos, cuya energía provendrá de baterías químicas de ion
litio”; algo que no sucedió.
Ambas predicciones
hechas por Zuleta, son carentes de veracidad; ninguna sucedió. De hecho se conoce
que, la industria automovilística con base a baterías de litio, aún sigue en
desarrollo y su mercado aún no está consolidado, estos presagios intencionados,
muestran la calidad de profesional del autodenominado “especialista del litio”.
En el caso de Saúl Escalera, su
paso por YPFB (2006 – 2009) como Gerente de Industrialización con la
responsabilidad de industrializar nuestros recursos hidrocarburiferos y su
fracaso en su misión, muestran en resumen su calidad profesional.
El novísimo “analista del litio”
aparecido en escena, es el exministro de minería del último régimen neoliberal
en Bolivia, que estuvo a la cabeza de Carlos Mesa. Nos referimos a Jorge
Espinoza Morales; personaje que basó su experiencia laboral en el sector
privado de la minería, es el menos indicado para hablar de industrializar los
recursos evaporíticos de Bolivia; en su triste gestión como ministro, no hizo
nada con referencia a los recursos evaporíticos y sólo se limitó a dar
continuidad con la política minera entreguista y privatizadora labrada por
Gonzalo Sánchez de Lozada con su Ley 1777, la misma que privó de sus facultades
vitales a la COMIBOL, limitándola a ser una institución meramente
administradora de contratos.
En definitiva, a los
“analistas” en cuestión les cuesta reconocer que Bolivia ha dado pasos
fundamentales en la industrialización de sus recursos evaporíticos, en los cuatro
proyectos que viene desarrollando simultáneamente, mencionemos sólo algunos
ejemplos:
-
Funcionamiento de las plantas piloto de Cloruro
de Potasio y Carbonato de Litio en su fase piloto, con producción continua.
-
Primera comercialización de las 250 toneladas de
Cloruro de Potasio, abasteciendo de esta forma a parte del mercado interno.
-
En la fase industrial, total avance en la
construcción del primer módulo de piscinas de evaporación.
-
Construcción de obras civiles, viales y de servicios básicos, necesarias para
enfrentar este gran emprendimiento nacional, que comenzó de cero.
-
A estos avances podemos sumar en la tercera fase
de esta estrategia nacional, la firma del contrato de riesgo compartido con el
consorcio coreano Kores-Posco, que nos permitirá establecer en nuestro país una
planta piloto de materiales catódicos en base a Litio.
-
También se puede mencionar los trabajos que se
vienen desarrollando en el Salar de
Coipasa – Oruro, con el objetivo preciso de conocer el proceso para el
tratamiento de sus salmueras.
En resumen HOY BOLIVIA PRODUCE
derivados de sus minerales evaporíticos, con tecnología boliviana, con procesos
patentados y registrados por Bolivia y con profesionales bolivianos.
La arremetida mediática, a través
de sus “analistas” y sus fuentes alternativas, sólo obedecen a una clara intención
política, propia de mentalidades coloniales y “malinchistas”, las mismas que se
niegan a vivir en la realidad que hoy Bolivia asume, buscando la confrontación
constante, así sea recurriendo a calumnias y mentiras, con el único objetivo de
desestimar la capacidad de industrialización del Estado Boliviano, y facilitar
el camino de las grandes transnacionales, de las cuales seguro serían los
futuros empleados.
Alfredo J. Zaconeta Torrico
Es periodista y no es analista
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