MINERIA USURPADA
Por: Alfredo J. Zaconeta Torrico
Como siempre con
grandes discursos y desfiles, conmemoramos 136 años de la letal usurpación de
nuestro litoral. No como siempre, considero que la conciencia sobre la pérdida
de costa hoy más que antes es latente; sin embargo, no es de dominio general la
conciencia cabal de la dimensión de lo que Bolivia perdió con la invasión
chilena; los discursos omite aspectos importantes, como la minería.
La mal llamada Guerra
del Pacífico–porque a todas luces esta
fue una invasión premeditada – tuvo una larga gestación, misma que se
remonta a inicios del siglo XIX, cuando los intereses de capitales británicos; luego
de lograr la aceptación general del guano como abono en los países europeos, se
instalaron en diferentes puntos de la costa del océano pacifico entre Perú y
Bolivia. Posteriormente el guano fue sucedido por el salitre, recurso explotado
por el empresario chileno José Santos Ossa y más tarde por la casa Guillermo
Gibbs, quien después de muchas maniobras logró apropiarse de las salitreras de
Tarapacá y Antofagasta.
Perú urgido por la
necesidad de recursos nacionalizó estas concesiones creando la empresa “Estanco
Salitre” en 1873, medida que afectó a los intereses británicos, que para ese
entonces ya operaban en nuestro país. Fruto de esta acción, los intereses
británicos volcaron sus ojos hacia Bolivia, poseedora de un reservorio atractivo
derramado en sus costas. Los intereses ingleses y la oligarquía chilena
pactaron y dieron los lineamientos para proceder con la invasión a Bolivia en
1879.
El territorio
boliviano, usurpado por Chile, tenía una extensión de 120.000 km2. En
un principio el usurpador sustrajo a Bolivia guano y salitre; más tarde nos
despojaría del cobre, oro, plata y los todos los recursos evaporíticos
depositados en el Salar de Atacama.
En su libro:
“Desarrollo económico e histórico de la minería en Bolivia”, el historiador
Roberto Arce señala: “La conquista del
departamento del Litoral, por parte de Chile, representó para aquel país uno de
los mayores aprovechamientos económicos que registra la historia como
consecuencia de una acción bélica. En efecto, los ingresos impositivos
provenientes del guano y salitre y, después, de la plata proveniente de los
yacimientos Caracoles, permitieron el desarrollo económico de ese país.
Posteriormente el cobre de Chuquicamata, el yacimiento cuprífero más grande del
mundo, ha reportado enormes ingresos aún en nuestros tiempos”.
En la extensión del
territorio usurpado por Chile, se desarrollaron varias minas entre ellas: El
Abra, Michilla, Spence, El Tesoro, Esperanza, Gaby, Mantos Blancos, Lomas Bayas
Zaldivar, El Peñón y las más conocidas, La Escondida y Chuquicamata, esta
última considerada como la mina de cobre más grande del mundo, inició sus
operaciones en 1910 y se extiende hasta nuestros días, junto a los Recursos
Evaporíticos del Salar de Atacama (litio, potasio y yodo), fueron y son el sustento
de la economía chilena.
El año 2014 la
Compañía del Cobre CODELCO registró ingresos por un valor de $us 2.229 millones
de dólares y hasta septiembre del mismo año SOQUIMICH registró utilidades que
ascienden a $us 218 millones de dólares.
La invasión de
Chile a Bolivia fue un hecho planificado, como medida geopolítica, en claro
atentado a nuestro desarrollo, letal suceso que aún aqueja hoy en día a nuestra
Bolivia. Sin esta invasión, la realidad chilena sería otra; su historia y desarrollo
económicos se escribieron gracias al aprovechamiento de los recursos
naturales usurpados a Bolivia desde el
guano y salitre, hasta el cobre y el litio.
Será labor del
gobierno y de todos conocer y sumar estos criterios con mayor detalle a la
formación de una conciencia nacional en nuestra población, para entender en cabal
dimensión lo que significó y significa la usurpación chilena.
Es periodista
Publicado en: www.erbol.com.bo
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