jueves, febrero 3

CRISIS ALIMENTARIA

CRISIS ALIMENTARIA
Por: Alfredo J. Zaconeta Torrico

En el último mes, experimentamos una situación que genera en todos nosotros gran preocupación, situación que no sólo afecta a los países “en vías de desarrollo”, como lo señalan algunos analistas; considerando que, la CRISIS ALIMENTARIA es un problema mundial, que genera dificultad para acceder a los alimentos.

Podemos evidenciar, al acudir a los centros de abasto un aumento en los precios de los alimentos, especialmente de los básicos. Incrementos desmesurados que se suman a la especulación, el agio y contrabando, situación que se ahondo tras el frustrado “gasolinazo”.

A esta preocupación, la casi totalidad de medios de comunicación de forma direccionada y premeditada, atormentan a la ciudadanía con imágenes de largas filas, manifestaciones y mensajes de descontento, comparando el actual contexto con lo vivido en los años de la UDP (1982-1985), cuando el desabastecimiento de mercados provocados por diversos factores, incluida la sequia en el occidente (1983), derivaron en una catástrofe nacional. Me detengo entonces para formular la siguiente pregunta ¿será que estamos llegando a esto? y personalmente respondo lo dudo.

En principio, los productores y empresarios del agro señalan como causas de la crisis que hoy vivimos, a la sequia y otros fenómenos climáticos que hubiesen afectado  las cosechas. Sin embargo, éste problema observa mayores dimensiones, las sequías, heladas e inundaciones que afectan a un área aproximada de 250 mil kilómetros (la quinta parte del territorio boliviano) podrían desatar una verdadera crisis alimentaria en Bolivia en un futuro no muy lejano.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se estima que de los aproximadamente dos millones de hectáreas cultivadas en Bolivia, sólo el 11 por ciento cuenta con sistemas de riego y la mayor parte de éste porcentaje se concentra en pequeños productores expuestos a los vaivenes del clima. El último estudio del Programa Nacional de Cambio Climático en Bolivia prevé que la agricultura será afectada por el incremento de la temperatura, la variación de la precipitación pluvial y otros fenómenos climáticos extremos.

El Foro Económico Mundial de Davos (http://www.weforum.org/), evento que anualmente reúne a los más importantes políticos y empresarios de los cinco continentes, con el fin de analizar los principales problemas del mundo actual, ha terminado sus sesiones con una conclusión temerosa y dogmática: “una muy probable crisis alimentaria a escala planetaria es el mayor riesgo que se cierne sobre la estabilidad económica, política y social del mundo entero. La escasez de alimentos y la consiguiente alza de precios pueden llevar a un colapso de la economía global, desencadenar múltiples insurrecciones populares en los países más afectados y no estaría lejana la posibilidad de que incluso sea el origen de guerras internacionales”.

La FAO reconoce que a corto plazo los gobiernos, de forma muy tentadora, podrían acudir a la posibilidad de restringir las exportaciones y adoptar medidas para mantener bajos los precios de los alimentos. Asegura; sin embargo, que tales políticas a mediano y sobre todo a largo plazo pueden ser funestas. El desincentivar las inversiones que requiere el sector agrícola y desalentar a los agricultores privados –sean estos pequeños medianos o grandes—a asumir los riesgos que la actividad productiva lleva consigo, sólo ocasionarían a la larga disminuir la producción, aumentar la escasez y reforzar las tendencias alcistas de los precios.

Nuestro Presidente Evo Morales, tiempo atrás señaló que "por primera vez" está de acuerdo con organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), ambos reconocieron que los biocombustibles están provocando alzas en los precios de los alimentos y una crisis alimentaria global. Sin embargo, la apreciación de nuestro Presidente no debe quedar ahí. Como Estado se debe plantear e implementar políticas para frenar alternativas dañinas como el biocombustible, evitando así riesgos de hambre y miseria a nuestros pueblos. Empecemos por reconocer que los problemas generados por el cambio climático son resultados del sistema capitalista saqueador de los recursos naturales y explotador del ser humano, un sistema que entiende a la Tierra como una mercancía.

Ante éste panorama y futuro poco alentador, Bolivia podría ser uno de los  países que más contribuya a afrontar y resolver la crisis alimentaria mundial, dejando claro que los transgénicos no son la solución a los problemas generados por la crisis alimentaria. Para ello sugerimos considerar lo siguiente:

·         Aumentar la inversión pública en investigación y desarrollo para la agricultura ecológica y de resistencia al cambio climático.
·         Detener el financiamiento de cultivos transgénicos y prohibir patentes de semillas.
·         Quitar progresivamente los químicos más tóxicos en la agricultura
·         Eliminar los subsidios al sector empresarial agrario.
·         Potenciar EMAPA y a la producción estatal con empresas públicas agropecuarias, eliminando así el monopolio privado en la producción agrícola y alimentaria.  
·         Proteger la producción local de alimentos a través de acuerdos comerciales
·         Endurecer penas contra el agio y el contrabando
·         Potenciar el control de fronteras

Hablar de crisis alimentaria es un tema que reviste de alta seriedad,  considerando  que es la esencia de subsistencia de la humanidad. Esta crisis puede generar otros conflictos, lo cual nos obliga a enfatizar en políticas agresivas de corto, mediano y largo plazo a objeto de garantizar los alimentos para los bolivianos principalmente y la humanidad en general.

Es Periodista

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