lunes, noviembre 22

MEDIDAS DE MEDIOS A MEDIAS

MEDIDAS DE MEDIOS A MEDIAS
Por: Alfredo J. Zaconeta Torrico

Mucha agua bajo el puente ha transcurrido, desde la iniciativa legislativa – hoy ley promulgada-  LEY CONTRA EL RACISMO Y TODA FORMA DE DISCRIMINACIÓN. Diversos grupos conservadores, desde la empresa privada y pseudo sindicatos lanzaron el grito al cielo, asegurando que con esta Ley, “la libertad de expresión en el país expiró”.

Cuando advertimos crespones negros en las primeras planas de los periódicos, los minutos de silencio ofrecidos por medios radiales, o varios piquetes de huelga de hambre -a los cuales los medios televisivos nacionales brindan una amplia cobertura-, nos imaginamos un duelo nacional por un gran deceso, por una irreparable pérdida, que la democracia nuevamente se vió intervenida ¿pero qué sucede?, nos anoticiamos de que nada de esto ha sucedido, de que la democracia que costó la vida de miles de bolivianos en diferentes movilizaciones, sigue firme, más viva que nunca y con 28 años de supervivencia. Entonces, ¿Cuál el motivo de tanta revuelta?.

La respuesta a la iniciativa legislativa de poner fin a la constante arremetida que asestan algunos “periodistas” y empresarios de la palabra, amparados en lo que interpretan, como “Libertad de expresión” –que algunos incluso llegaron a confundirla con el libertinaje de la palabra-, no se deja esperar; viendo la firme intención de acabar con los privilegiados dueños y amos de la palabra e informaciones a medias y de quienes lucraron con ella, “libertades” que hoy se ven afectadas.

Para ningún compatriota es ajeno el nivel de discriminación y racismo que se vive en el país; las ínfulas y complejos que trajeron nuestros colonizadores, ahondadas con el inicio de la República en 1825, que se fueron acentuando con el transcurrir de las décadas posteriores.

La desorientada oposición política del país, aseguró – a través de los medios movilizados --, que ésta era una Ley pensada para perseguir a la oposición. ¡Grandes falacias!, el espíritu de la Ley por el contrario, debería dejarlos tranquilos; considerando que, se prohíbe cualquier tipo de discriminación, sea esta por razones de ideología o filiación política, sea éste neoliberal, capitalista, fascista o trotskista. Es decir, protege más bien a la oposición de cualquier forma de discriminación de parte del oficialismo. Ésta ley prohíbe entonces, también la discriminación “desde abajo”; es decir, contra los q’aras, los gringos, terratenientes, latifundistas y similares.

Ahora, cuando se refieren al tan vilipendiado art. 23 de la Ley en cuestión, se debe dejar claramente establecido que éste hace hincapié en los servidores públicos — incluyendo a militares y policías —, y después a los medios de comunicación, a los que se concede por una vez, la posibilidad de retractarse, lo que en todo caso es muestra de que no se trata de una ley persecutoria, ni represiva.

En el fondo y lo que nadie dice, es que la ley va en contra del mal uso de la libertad de expresión y que los empresarios de las mass media boliviana, volvieron en Libertinaje –claro, entendieron que ésta es la forma más fácil y rápida de lucrar - con las ahondadas diferencias provocadas por colores de piel, pertenencia a un pueblo indígena o apellido se hizo noticia y se vendió.

Las paradojas provocadas con estas movilizaciones resultan sui generis, a decir:

La primera: El suscrito tuvo la oportunidad de participar en diferentes congresos de la Confederación Nacional de la Prensa, donde, de forma clandestina participaron representantes de la Red UNITEL, quienes hechos un manojo de llanto, relataron como Osvaldo Monasterios, les había despojado de su derecho de libre organización sindical, hecho que entendemos como la privación de un derecho universal de libre expresión, entonces ¿Quién  discrimina y coarta la libertad de quién?. Ahora la paradoja: En estas movilizaciones veíamos que uno de los sindicatos mejor organizados era precisamente el de los trabajadores de UNITEL, y las incógnitas surgen inmediatamente, ¿Será qué el Sr. Monasterios reflexionó y ahora reconoce el derecho de sus trabajadores de poder organizarse?, personalmente lo dudo.

La Segunda: Resulta hilarante escuchar que los movilizados están completamente de acuerdo en la lucha contra el racismo y la discriminación, para luego añadir que a la prensa se le debe dejar la libertad de publicar libremente las ideas, así sean estas de corte  racista. ¡Pregunta! ¿Desde cuándo la prensa y los periodistas estamos exentos de acatar las leyes?, salvo Carlos Valverde quien abiertamente declaró: “oficialmente me paso esta Ley por las pelotas”; entendemos esto porque hasta ahora, nadie conoce donde obtuvo el título de periodista, por lo mismo seguro que no debe sentirse aludido.

La Tercera: Es la primera vez que se ve una movilización, donde periodistas (obreros) y dueños de medios (empresarios), uniformaron criterios, conceptos, acciones en pos de un objetivo común; nos preguntamos entonces, si éste es un nuevo ejemplo de alianza de clases como muchos registrados en el país, ¿será que posteriormente uniformaran la repartija de sus buenas ganancias?.

En ésta línea, debemos entender que la comunicación social es un proceso mediante el cual se transmite información con significados, sentimientos y conceptos abrazados a valores de igualdad, equidad y liberación; sin embargo, también pueden estar abrazados a ideas racistas y discriminatorias por distintos medios. Entendamos que la verdad puede ser manipulada al antojo de los propietarios de los medios de producción, de los medios televisivos; ésta puede ser tergiversada, parcializada y en el fondo ser una profunda mentira con banderas de valor universal, un paralogismo mediático.  Es evidente el rol de la mass media en Bolivia, se encontró y se encuentra al servicio de quienes detentaron el poder político y detentan el poder económico, con el objetivo de lograr la subordinación de las audiencias, actuando como instrumento de manipulación al mejor estilo del modelo capitalista que volvió a la información y comunicación en un bien comercial.

Es Periodista

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